Hoy
he visto bajo el jazmín de tu piel
los
insectos de sangre del viejo dolor,
los
números imaginarios que cuentan,
las
lágrimas hastiadas de mi memoria.
Y
hablo con una voz que ya no existe
en
la pausa de la caída de los follajes,
de
un otoño que derrite las distancias,
sobre
la faz de tu rostro que se pierde.
Hoy
he visto el atardecer ya exhausto
y
la desesperanza de las horas vacías,
ese
último disparo póstumo y certero,
de
la ballesta impasible a mis olvidos.
Y
hablo bajo un cielo que se desnuda
que
tiene pasturas de otras ocasiones
y
que redoblan su apuesta al unísono,
son
recuerdos de un adiós extraviado.
Hoy
he visto en el pasmo de tu cuello
mis
vagos besos pupilos de tu noche,
propinas
absurdas que callan caricias
en
el costado indefenso de mi tristeza.
Y
hablo en el lenguaje de las piedras,
que
llevan en el sudor mi propio grito
de
nocturna huida, de primeros fríos,
que
envuelven tu cuerpo casi ausente.
© Jorge Lacuadra - 2018
Ilustración: Internet