Tengo
que dejar de acumular tantos libros,
tengo
que dejar de soñarlos poco a poco.
Y
escribir ahora aunque quiebre mis dedos,
aunque
deba abrir mis ojos para siempre.
Las
viles novelas y las vastas enciclopedias,
se
precipitan desde los estantes de mi vida,
de
Benedetti toman su inquieta geografía
y
este suelo ya es más que Borges y su eco.
Debería
pues, quitar los libros de mi vista,
sus
innumerables letras que me indignan.
Y
fingir que la mejor poesía ya fue escrita,
y
que mis miembros desistan su existencia.
El
más ligero párrafo de Conrad me duele,
Stevenson,
Poe, se escapan de mis noches,
Melville
pincela de blancura todo lo terrible
y
Lovecraft me señala que la llama purifica.
Tengo
que dejar de acumular tantos libros,
tengo
que dejar de soñarlos poco a poco.
Y
escribir ahora aunque quiebre mis dedos,
aunque
deba abrir mis ojos para siempre.
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