23 septiembre 2013

Amanecer

Dulzura en el vaivén de las hojas.
Frescura sobre rostros de porcelana.
Sentir en la piel, el aire limpio,
acariciar los fuelles de la vida.

Silencio hechizado, de manos suaves.
Afonía de flores demasiado simples.
Desprender la fina y débil telaraña
que el sol torna en bordado de bronce.
Y desde una ventana incierta, sonreír,
rodar la mirada sobre sendas de vapor.
Recordar que hay ojos que nos miran,
que urgimos su tibieza y su nostalgia.

Dulzura sobre rostros de porcelana.
Frescura en el vaivén de las hojas.
Sentir los fuelles de la vida,
acariciar en la piel, el aire limpio.


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