22 agosto 2013

Stalker - Tríptico

Me hubiera gustado ser El Escritor, que acompañó al Stalker a La Zona, en búsqueda de inspiración. Lamentando no poder retroceder, siempre avanzando, la curva es un camino más corto que la recta. Sin poder encontrar la palabra exacta, murmurando esa frase inolvidable: “las palabras son medusas bajo el sol…” Un viaje solo hacia el silencio y la soledad particular de cada persona, buscando ese lugar, esa Habitación, donde los sueños se hacen realidad. Un escritor sabe, yo sé, que si encuentra la felicidad, nunca más escribirá, o por lo menos no lo hará de la misma forma. Un escritor sabe que si pierde su tormento y sus dudas, entonces ¿De que vivirá?
Me hubiera gustado ser El Profesor, que acompaño al Stalker a La Zona de aterrizaje, tal vez buscando una explicación, o un pedazo de roca extraterrestre o una pequeña huella de fe. Me hubiera gustado hacer un experimento, volver atrás y rehacer el camino solo, sin El Stalker, sin pañuelos ni tuercas para detectar anomalías y corregir el rumbo. Poder decir esa frase académica, “Este lugar nunca traerá la felicidad a nadie…” y aún descreer de esa verdad. Tener en las manos la posibilidad de cambiar todo, y a la vez, no querer entregar ese poder al mundo, a la individualidad del mundo. Poseer la mente científica para encontrarle explicación a los eventos y a los artefactos, la ciencia cambiada de La Zona, y sin embargo, dudar y decir “Nunca hagas algo que no pueda ser deshecho…” y desarmar la bomba.
Me hubiera gustado ser El Stalker, el hombre que engendra la parábola de la búsqueda. Salir de madrugada con destino casi incierto, librado al humor cambiante de La Zona, sensible a cada persona modificadora de su entorno. Decir como asegura El Stalker: “la dureza y la fuerza son satélites de la muerte…", una frase inmejorable. Estar tan cerca de la verdad, de la confirmación de la esperanza y sin embargo no poder entrar en la Habitación. Tal vez como piensa El Escritor, solo ser un bufón de dios, solo esperar la lluvia dentro de La Habitación. Amar tanto lo mío, defender lo mío, como para arriesgar mi vida en La Zona, ayudando gente vulnerable y devastada, dando esperanza, y ser el único de los tres que nunca dudara, creer en la posibilidad cierta del cambio.


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