Me hubiera gustado ser El Escritor, que acompañó al
Stalker a La Zona, en búsqueda de inspiración. Lamentando no poder retroceder,
siempre avanzando, la curva es un camino más corto que la recta. Sin poder
encontrar la palabra exacta, murmurando esa frase inolvidable: “las palabras
son medusas bajo el sol…” Un viaje solo hacia el silencio y la soledad
particular de cada persona, buscando ese lugar, esa Habitación, donde los
sueños se hacen realidad. Un escritor sabe, yo sé, que si encuentra la
felicidad, nunca más escribirá, o por lo menos no lo hará de la misma forma. Un
escritor sabe que si pierde su tormento y sus dudas, entonces ¿De que vivirá?
Me hubiera gustado ser El Profesor, que acompaño al
Stalker a La Zona de aterrizaje, tal vez buscando una explicación, o un pedazo
de roca extraterrestre o una pequeña huella de fe. Me hubiera gustado hacer un
experimento, volver atrás y rehacer el camino solo, sin El Stalker, sin
pañuelos ni tuercas para detectar anomalías y corregir el rumbo. Poder decir esa
frase académica, “Este lugar nunca traerá la felicidad a nadie…” y aún descreer
de esa verdad. Tener en las manos la posibilidad de cambiar todo, y a la vez,
no querer entregar ese poder al mundo, a la individualidad del mundo. Poseer la
mente científica para encontrarle explicación a los eventos y a los artefactos,
la ciencia cambiada de La Zona, y sin embargo, dudar y decir “Nunca hagas algo
que no pueda ser deshecho…” y desarmar la bomba.
Me hubiera gustado ser El Stalker, el hombre que
engendra la parábola de la búsqueda. Salir de madrugada con destino casi
incierto, librado al humor cambiante de La Zona, sensible a cada persona
modificadora de su entorno. Decir como asegura El Stalker: “la dureza y la
fuerza son satélites de la muerte…", una frase inmejorable. Estar tan
cerca de la verdad, de la confirmación de la esperanza y sin embargo no poder
entrar en la Habitación. Tal vez como piensa El Escritor, solo ser un bufón de
dios, solo esperar la lluvia dentro de La Habitación. Amar tanto lo mío,
defender lo mío, como para arriesgar mi vida en La Zona, ayudando gente
vulnerable y devastada, dando esperanza, y ser el único de los tres que nunca
dudara, creer en la posibilidad cierta del cambio.
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