21 agosto 2013

Tus dragones

Un día tus dragones, enfrentaron furiosos,
a mis unicornios cansados de tanto trotar,
el resultado de ese encuentro, solo tú y yo
después de amarnos, dejaríamos en la piel.

Mi lengua decepcionada que no aprende,
que hay palabras que no debo pronunciar,
y mis versos encaprichados a tus caderas,
que impugnan el frágil descaro de besarte.

Un día, lejano y rabioso, de calor y prisas,
de espaldas a mi volviste tu rostro agitado,
me pediste que penetrara, tu carne pronta,
y ni el dolor, me dijiste, te apartaría de mí.

Mi piel que es la esclava de tus caprichos,
que no asimila que tu solo reparas lo roto,
y mi poema recostado en tus labios rojos,
mudo de las palabras que no pronunciaras.

Un día, tus crueles demonios implacables,
escarbaron entre mi carne y estos huesos,
tu boca en mi boca desgarrando la noche,
y me confesaste, vacía, que eso era amor.


No hay comentarios.: