27 abril 2016

Autor invitado: Gonzalo Hausser



Teratogénesis


La nada, el blanco cegador de la inconsciencia, un sonido lejano, imperceptible al comienzo, como un pulso, un latido, un corazón que llama a la guerra.
Pero para estar dispuesto a librar combate, primero hay que existir, adquirir forma y tomar consciencia de la propia entidad, del propio ser.
A ello estaba destinado el pulso lejano, el latido que ya adquiría las dimensiones de un relámpago atronador, a levantar legiones dispuestas al combate, millones que librarían la última guerra, el combate primordial contra el tirano de la carne y las consciencias dormidas.
Pronto se levantarán ejércitos cuyo único hálito vital significará la destrucción, arrasar, no dejar piedra sobre piedra.
La victoria a través de la auto aniquilación, locura suicida con el único fin de cambiar lo establecido, de forzar a la naturaleza misma, de violarla y quitarle sentido.
Hace unos instantes no existías, y ahora estás aquí, respiras, te mueves y conoces tu misión, vaya si la conoces, tu nacimiento mismo es tu "misión", aquello que es tu designio y te da razón de ser.
Pero te cuesta asimilar que has sido arrancado de la nada misma solo para luchar y volver al final a la misma nada, asimilar que fuiste depositado en este lugar que te parece ominoso, frío y peligroso...
Te reconforta el hecho de no saberte solo, tu nacimiento viene acompañado de millones como tú, milagroso nacimiento multitudinario, legiones abigarradas de soldados temblorosos pero letales, dejados en una tierra extraña, una tierra alienígena, que los siente, los huele, que ya sabe de vuestra presencia, y esta tierra buscará tu muerte y la de tus hermanos.
La oscuridad del entorno se ilumina con millares de descargas, es el comité de bienvenida, se huele la muerte, que comienza a campar a sus anchas cual mastín del infierno babeando entre la corruptela de los cuerpos desmembrados.
Ya sabes cuál es tu misión, serás la avanzada que llegará a las blancas columnas gemelas, una vez conquistadas, establecerás el puesto de mando central y de allí a la conquista global, al santuario púrpura de los monjes escarlata, a las grandes planicies donde pacen los rebaños, y de salir todo bien, al centro Madre, a la gran ciudad donde todo se decide, y allí a plantar la bandera de la victoria, en el mismo centro neurálgico de esta tierra babélica, cargada de pecados y pesares.
El momento ha llegado, la orden de inicio del ataque ha sido emitida, te pones en marcha, codo a codo con tus millones de hermanos, avanzas por interminables autopistas, y entonces los ves, salen a tu encuentro los soldados del ejército rojo, luchan, no muy convencidos, entiendes que no son el verdadero enemigo, se pueden corromper fácilmente, volverlos aliados, nuevos soldados para la causa.
Los verdaderos enemigos pertenecen a un antiguo cuerpo de elite, son el Ejercito Blanco, fantasmas portadores de muerte y venganza, a ellos no se los puede corromper, no se venden, no les interesa siquiera escuchar, atacan ciegamente, los mueve un furor homicida, son tu Némesis y el mayor obstáculo en tu camino.
El combate es cuerpo a cuerpo, sangriento, una epopeya dramática, ambos bandos sienten la enorme sangría, pero los tuyos comienzan a prevalecer, ya están dejando su marca, y el enemigo lo siente en sus mismas entrañas.
Entonces, cuando la victoria parecía segura, cuando ya nada parecía interponerse en tu camino y el de tus hermanos, algo sucede, algo comienza a llover de los cielos, es el enemigo, el maldito enemigo contraataca con todo su poder, los abismos mismos del averno parecen abrirse. Explosiones fosforescentes de radiactividad, nubes cargadas de sustancias químicas, rayos que iluminan la noche con colores nunca vistos, y de repente...sientes el dolor...
El dolor te lacera hasta los tuétanos, este dolor es aún peor que haber nacido, el dolor es multicolor y multiforme, asciende en remolinos de fuego insoportables, se derrama como voluptuosa lava destructora, y tienes que retroceder, o serás destruido junto a tus hermanos...

¿¿Cómo va respondiendo al tratamiento... Doctor??
-Quédese tranquila señora, los tumores eran muy agresivos, y temí lo peor, pero el ataque con rayos y quimioterapia los está aniquilando, tengo las mejores expectativas.



Gonzalo Hausser, cuenta con 42 años, es Supervisor de Seguridad, ha hecho media carrera de Historia. Amante de lo extrañamente épico y la fantasía macabra. Palabras referenciales de Ashton Smith, Jean Lorrain, Arthur Machen o William Hodgson. Discípulo del ciclo Lovecraft. Bienvenido a mi blog.

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