05 junio 2013

Despertando

Tuve un sueño de un millón de años,
y al despertar, contemplé al amanecer,
la palma de mi mano de espaldas al sol
y sonreí, entiendo,  por primera vez.
A la orilla de un océano púrpura,
lánguidas olas saturadas de minerales
lamieron con avidez mis pies desnudos
y dejaron amarga sal en mi garganta.
De ese sueño desperté vacío, infinito,
 y a la vez carente de sonidos y palabras,
ensayé un grito que un ave rehuiría,
cayendo, hundí mis brazos en la arena.



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