No quiero acostumbrarme, a tus
ausencias.
No quiero olvidar tu sonrisa a
cada instante.
Solo deseo esas melancolías de
tu rostro,
o las alegrías por tus besos
que me nombran.
Si me quitan el sonido
prehistórico del viento.
Si me roban día a día puñados
de sal marina.
se llevan también los jirones
de mis sueños,
envueltos en esa calma de
saberte enamorada.
No quiero empañar, el brillo
de tus ilusiones.
No quiero irme sin decir te quiero,
una vez más.
Solo anhelo tus caricias de
encuentros cotidianos,
o tus palabras que
pululan mis sueños esta noche.
Si me ocultan la humedad
pacífica del agua.
Si me obligan a renunciar hoy a
tu destino.
Se alejan llevando retazos rojos
de mi cuerpo,
enmudeciendo triste, tu
condición de enamorada.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario