02 junio 2013

Dentro de los mecanismos

¿Dime dónde te hallaré? ¿Bajo que leve luz?
¿Usando que diestro artilugio o mecanismo?
¿Será en silencio, cautos, como en un sueño?
¿O quizás caminando de tu mano
en la mañana?

Ni tú ni yo conocemos los sombríos secretos,
los que encierran la falsa cordura y el grito,
de aquellos que creen torpemente en el amor
pero no lo encuentran, o ya casi desistieron.
Sé que vivo demasiado mi poesía y su genio,
es un camino ilimitado que conduce al mar,
allí entre durmientes olas culmina su error,
es donde mis poesías se trasmutan en arena.
Sé que no es virtuosa mi cualidad de amar;
porque lo despojo todo y lo conquisto todo,
y si lo hago así a mi modo, nada nos queda,
solamente tu piel sin llamas y mis silencios.
Si todos fuéramos esclavos del rito repetido,
acataríamos la mano del hado que nos ciñe.
El amor seria solo un color más, una chispa,
un mecanismo de control para calmar almas.
Pero espera, aguarda un momento por favor,
¿Cómo sabré que eres tú, entre mis arterias?
¿Cómo te identificaré entre esas multitudes?
¿Quién eres? ¿Cómo es el color de tus ojos?
Hace mucho tiempo, nací ciego y homérico,
maldito en nombres nocturnos y en caricias
marchitos mis dedos por acariciar tu rostro,
desesperado en un sueño que aún te busca.
O es que en verdad todo es un mecanismo,
un artilugio antiguo, un ingenio primitivo,
y solo valen en él nuestras ruedas de acero
y no sirve nuestro fingido llanto de bronce.
Estoy dentro del mecanismo, un engranaje,
el amor es una magia de hados misteriosos,
solo tengo que encontrarte en mis caminos
para quebrantar la alquimia de mi soledad.

Pero ¿Dime dónde te hallaré? ¿Bajo que luz?
¿Usando que diestro artilugio o mecanismo?
¿Será en silencio, cautos, como en un sueño?
¿O quizás caminando de tu mano
en la mañana?

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