27 mayo 2013

Exquisitos monstruos

Sombras como caminantes de la memoria,
sombras como apéndices y gritos mudos;
muchas veces en el ocaso suspiramos
por lo inaudito, lo roto…
                                   o el detalle ínfimo.

El vértice que no es vértice, sino uña,
la carcajada que contiene el mimo ciego.
Un desván vacío que se nubla de silencios
donde un monstruo, o dos o tres…
                                   juegan al olvido.

Sombras como pájaros negros del destino,
sombras como quijadas demenciales,
siempre o casi siempre entre el deseo
de ser simple, transparente…
                                   o despertarse.

La cosa obvia que engendra lo imposible,
lo imposible que emite aullidos y desgarros.
El espejo que devuelve nuestro grito
asustando al otro, a ese…
                                   desconocido que miramos.

Afuera, a extramuros, cansados de correr,
hastiados de silencios e ignorancia,
abandonados por otros sueños cotidianos,
dos o tres exquisitos monstruos…
                                   se alejan de mis pasos.


No hay comentarios.: